Tres hombres que dicen ser el papá de una huérfana se presentan en su fiesta de Pascua – Historia del día
Chloe quería averiguar quién era su padre, pero lo único que sabía era su nombre y que había tenido un romance de vacaciones con su madre en 1992. Publico su historia en Facebook, se hizo viral y tres hombres respondieron. Al conocerlos, nada salió como esperaba.
“¿De verdad debería publicarlo?”, preguntó Chloe a su marido, Steve, mientras ponía el dedo encima de la tecla intro de su portátil.
“Sí, cariño. Es la mejor opción”, afirmó Steve, y Chloe hizo clic para subir el post. No sabía si funcionaría, pero tenía esperanzas.
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El post había sido sugerencia de Steve porque Chloe soñaba con averiguar quién era su padre desde de perder a su madre a los 11 años. Creció en el sistema sin otra familia. Ahora Steve era su familia, un marido estupendo y un padre fantástico para sus hijos. Pero ella siempre se preguntó si tenía un padre ahí fuera.
Los tres hombres empezaron a discutir por todo como si Chloe fuese una competición que hubiera que ganar.
La madre de Chloe tuvo un romance de verano en la playa, en 1992, con un desconocido al que nunca volvió a ver. Se llamaba Paul, pero su madre nunca descubrió su apellido ni intentó encontrarlo después de descubrir su embarazo. Se trasladó a la ciudad y crio sola a su hija hasta que murió en un accidente de coche.
A pesar de ser huérfana, Chloe había tenido suerte con Steve, y ahora tenían tres hermosos hijos. Pero se acercaban las vacaciones de Pascua y pensó en todas las tradiciones familiares de su esposo y en cómo deseaba que alguien de su familia pudiera estar allí.
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Con suerte, el post daría resultado.
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Sin que ella lo supiera, Steve pidió a sus alumnos de la universidad, donde enseñaba matemáticas, que compartieran el post. Pronto se hizo viral y varias personas le respondieron. La mayoría de las respuestas le deseaban suerte, pero pronto recibió mensajes de tres hombres que cumplían los requisitos. Todos habían viajado a esa playa en 1992, aunque ella no estaba segura de las fechas.
Paul Smith, un empresario jubilado, le preguntó si podía ir a visitarla. La otra persona era Paul Scott, que estaba en el ejército y vivía a solo unas horas de ella. El tercer hombre era Paul Harvey, un actor de teatro.
Ellos pidieron conocerla, así que Steve sugirió invitarlos a casa de sus padres para celebrar la Pascua. Todos aceptaron de inmediato y esperaban verla pronto.
Sin embargo, Chloe estaba preocupada porque ninguno de los hombres sabía que tendría una posible competencia. “Puede que les sorprenda verse allí”, le dijo a Steve después de terminar los planes.
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“Bueno, cariño. Lo hecho, hecho está. Solo podemos esperar que lo entiendan”, afirmó Steve, encogiéndose de hombros y besando a su mujer para aliviar su preocupación.
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Chloe y Steve llegaron a casa de los padres de él, y sacaron a los niños para que se distrajeran fuera y así poder entretener a los invitados que iban llegando.
El primero en llegar fue Paul Scott, ya que vivía cerca. Trajo regalos y postre para todos. Era un hombre maravillosamente amable para estar en el ejército, pero tenía el porte de alguien al mando.
“Yo era un joven que disfrutaba de unas vacaciones en la playa. Debería haber tenido más cuidado y haberle pedido el número de tu madre”, le dijo a Chloe mientras empezaban a charlar, pero no pudieron hablar mucho más porque sonó el timbre.
Paul Smith estaba justo fuera con una enorme sonrisa y muchos regalos. “¡Chloe! Encantado de conocerte”, dijo amablemente. Pero frunció el ceño cuando ella le presentó a Paul Scott. Y antes de que pudieran sentarse a hablar, volvió a sonar el timbre.
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Por fin había llegado Paul Harvey, que también traía montones de regalos. Chloe se sintió fatal. Quizá no debería haberles hablado de sus hijos. Pero el daño ya estaba hecho. Presentó al último Paul al grupo e hizo que todos se sentaran.
“Bueno, esta situación debe resultar extraña para todos. Pero los tres respondieron a mi mensaje y todos encajan en los criterios y pueden ser mi padre. ¿Pueden contarme algo más sobre ustedes?”, preguntó.
Todos explicaron su historia por turnos, aunque ella ya sabía algo de ellos. Desgraciadamente, no sabía qué hacer cuando terminaron de hablar. Nadie conocía los detalles de la aventura vacacional de su madre.
“Siento si esto puede resultar confuso. Ojalá mi madre me hubiera contado lo que pasó entonces”, se disculpó Chloe.
“Creo que puedo ser yo. Tienes mis ojos”, afirmó Paul Harvey, pero a los otros no les gustaron esas palabras.
“Chloe se parece a mi madre”, sugirió Paul Scott. “Podría enseñarte una foto de ella. Son realmente parecidas”.
“Creo que ella tiene mi nariz en realidad”, intervino Paul Smith, tratando de llamar la atención sobre él.
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Los tres hombres empezaron a discutir por todo como si Chloe fuese una competición que hubiera que ganar. Ella odiaba aquello y le susurró a su marido Steve que la reunión había sido un error.
Fue entonces cuando su marido decidió intervenir. “Caballeros, basta. Tengo una idea. Voy a volver a nuestro apartamento para coger una foto de la madre de Chloe. Eso podría ayudarnos con esto”, declaró.
Chloe no estaba segura de que funcionara, ya que habían pasado décadas. Tal vez no reconocieran a su madre. Tal vez las pruebas de ADN fueran la única opción. Pero aun así, Steve siguió adelante
Mientras tanto, llevó a los hombres fuera, donde los padres de Steve habían preparado una búsqueda de huevos de Pascua para los niños. Presentó a los hombres como amigos de la familia, y cada uno de sus hijos agarró la mano de uno de ellos, solicitando su ayuda en la búsqueda.
Pronto encontraron todos los huevos y volvieron a entrar. Los hombres ayudaron a preparar la mesa y hablaron con sus hijos como si fueran sus abuelos. También se llevaban bien con los padres de Steve y, con el tiempo, hablaron de la vida. Sus disputas anteriores habían quedado totalmente olvidadas.
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Cuando Steve regresó con la foto, Chloe la cogió, la escondió en un bolsillo y negó con la cabeza a su marido. “No necesito saber nada, cariño. Me gustaría que todos estos hombres fueran mi padre”, le explicó sonriéndole. Su corazón estaba lleno después de ver a los hombres con los niños. No necesitaba nada más.
Mantuvo una relación con todos ellos, y al final a ellos tampoco les importaba su paternidad. La querían a ella y a sus hijos por encima de todo.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Tus acciones tienen consecuencias. Pasan cosas, pero es mejor estar atento y tener cuidado cuando te involucras con alguien.
- La biología no lo es todo. Chloe se dio cuenta de que los tres hombres eran lo bastante buenos para ser su padre, así que ya no necesitaba respuestas.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a [email protected].v
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