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Niña mestiza es humillada en escuela por ser adoptada: luego conoce a mamá biológica – Historia del día

Una niña de 9 años lloró porque sus compañeros de clase se burlaron de ella por ser adoptada. Cuando la mamá adoptiva de la niña se enteró, se puso en contacto con la madre biológica.

“No se preocupen, Sr. y Sra. Jiménez. Nos aseguraremos de que Kathy no se sienta excluida. Pueden estar seguros de eso”, tranquilizó la maestra Suárez a Sara y Andrés, los padres de la niña.

Sara y Andrés se habían mudado de los suburbios a la ciudad por cuestiones de trabajo. Como Kathy tenía miedo de ir sola a clases, decidieron acompañarla en su primer día.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Kathy sostenía nerviosamente las manos de sus padres, temerosa de que la historia de su escuela anterior se repitiera y sus compañeros de clase la juzgaran nuevamente.

La niña contrastaba fuertemente con sus padres blancos, pues ella tenía la piel oscura y el cabello rizado. La pequeña era consciente de las diferencias entre ella y sus padres, pero no se sentía “adoptada”. Sin embargo, los niños de su escuela se burlaban de ella por eso.

Lamentablemente, el miedo de Kathy se hizo realidad y la historia se repitió en su nueva escuela.

“Por favor, vamos a dar la bienvenida a Kathy Jiménez. Ella es una estudiante nueva y será parte de este grupo”, dijo la Sra. Suárez cuando Kathy entró al salón de clases.

Kathy trató de sonreír a todos, pero podía sentir cómo la veían de arriba abajo, y luego a sus padres. También vio cómo muchos empezaron a susurrar cosas.

“Kathy, ¿por qué no tomas asiento y te unes a tus compañeros de clase?”, dijo la Sra. Suárez con una sonrisa amistosa.

La pequeña Kathy miró a sus padres, temiendo dejarlos, pero su madre sonrió y le dijo que todo estaría bien. Le dio la confianza para finalmente soltar sus manos y tomar asiento. Sin embargo, mientras caminaba a su asiento, escuchó palabras hirientes.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“¿Ves lo diferente que es de su mamá y su papá? No creo que sean sus verdaderos padres”, le susurró Isabella a su amiga Anna.

“¡Obviamente no se parecen en nada! ¡Estoy segura de que la adoptaron!”, dijo Anna en tono de burla. “¿Pero ella lo sabrá?”.

Los ojos de Kathy se llenaron de lágrimas cuando escuchó a sus compañeras burlarse de ella, pero no dijo nada.

Desafortunadamente, sus compañeros de clase siguieron con las burlas, aprovechando que la maestra había salido brevemente del aula.

Isabella, Anna y algunos de sus otros amigos se reunieron alrededor de Kathy y comenzaron a intimidarla.

“Entonces, ¿cuándo vas a dejar esta escuela? ¡No me digas que vas a seguir aquí!”, Anna le gritó mientras agarraba el bolso de Kathy y lo arrojaba a un rincón.

“¿Pero por qué…? No hice nada malo”, dijo la niña con voz temblorosa, aterrorizada por cómo todos la habían rodeado.

“¡Porque no nos agradas y no queremos verte aquí! ¡Estoy segura de que tu mamá te abandonó porque a ella tampoco le caías bien!”, Isabella agregó.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“¡Mi mamá no me abandonó!”, gritó Kathy mientras se secaba las lágrimas. “Mi mamá me ama mucho. ¡Me ama más que a nada!”.

Isabella se rio. “¡Por favor, no son tus verdaderos padres! Deben haberte adoptado porque sintieron lástima por ti. ¡Por eso te ves tan diferente a ellos!”.

“¡Eso no es cierto! Mis padres me aman y…”. Antes de que Kathy pudiera terminar su oración, Isabella abrió su botella y le arrojó agua en la cara. Anna, Isabella y sus otros amigos se echaron a reír. Kathy no paraba de llorar.

De repente, Isabella notó que la Sra. Suárez estaba a punto de volver al salón. Ella le advirtió a Kathy que no dijera nada, pero la niña no podía dejar de llorar después de lo que sucedió y corrió hacia su maestra. Le suplicó que llamara a su madre porque quería irse a casa.

La Sra. Suárez trató de consolar a Kathy, pero ella no paraba de llorar y seguía pidiendo que la recogieran de la escuela. La maestra finalmente se rindió y llamó a la madre, quien encontró a la niña sentada en la sala de profesores, aún llorando.

“Cariño, ¿qué pasó?”, preguntó preocupada. Pero la niña no dejaba de llorar.

“¿Podemos irnos a casa, mamá? ¡No quiero quedarme aquí!”, Kathy respondió, sollozando y secándose la nariz.

“Claro, cariño. ¿Puedes ir al auto y esperar? Hablaré con la maestra, ¿de acuerdo?”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Kathy asintió y salió de la sala de profesores. Entonces Sara cuestionó a la Sra. Suárez sobre lo que sucedió en la escuela. Pero Kathy no le había contado a nadie sobre las burlas, por lo que la maestra no tenía idea de qué había pasado.

Cuando regresaron a casa, la niña corrió a su habitación y se encerró. Sara dejó a Kathy sola por un rato porque siempre hacía eso cuando estaba molesta.

Una hora después, Sara fue a la habitación de su hija con sus galletas favoritas, pero la puerta todavía estaba cerrada. “Cariño, ¿estás ahí? ¿Estás bien?”, preguntó gentilmente, pero no hubo respuesta.

Sara llamó a la puerta de Kathy nuevamente. “Cariño, mamá compró tus galletas favoritas. ¿Me dejas entrar?”.

De repente, la puerta se abrió y Kathy salió, pero seguía llorando. Los ojos de Sara se sorprendieron cuando vio el estado de la habitación. Estaba desordenada y había un viejo álbum de fotos tirado en un rincón.

“Mami, ¿es cierto que no eres mi verdadera madre? ¿Es esta mujer mi verdadera mamá? Todos dicen que me veo diferente a ti y a papá porque soy adoptada. ¿Es cierto?”, preguntó Kathy sollozando incontrolablemente y sosteniendo una fotografía de una mujer negra con un bebé.

Sara abrazó a Kathy y la consoló. “Cariño, es cierto que no te di a luz, pero te amo como si hubieses salido de mi vientre. La mujer de la foto es tu madre biológica”.

“¿Mi madre biológica?”, preguntó Kathy confundida.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Sí, cariño”, continuó Sara. “Papá y yo queríamos hablarte sobre esto cuando fueses lo suficientemente grande para entender todo, pero ahora que viste esa foto, déjame contarte…”.

Sara le dijo a Kathy que su madre biológica, Nancy, quedó embarazada cuando tenía 15 años. Su padre biológico era estadounidense y Nancy era africana. Por eso la niña era mestiza.

Desafortunadamente, la madre y el novio de Nancy no la apoyaron durante su embarazo, por lo que pensó que lo mejor para la niña era darla en adopción. Andrés y Sara habían tomado la foto que encontró Kathy, y planeaban contarle todo cuando cumpliera 18 años.

“Mamá, ¿aún podemos comunicarnos con ella?”, preguntó Kathy con curiosidad.

“Sí, cariño, podríamos”, dijo Sara, esperando no defraudar a Kathy. “Sin embargo, creo que tu padre tiene todos los documentos relacionados con tu adopción. Hablemos con él cuando regrese del trabajo”.

“¡Está bien!”, respondió Kathy mucho más calmada.

Más tarde esa noche, cuando Andrés llegó a casa del trabajo, Sara le contó todo. El padre sacó los papeles de adopción y llamó al orfanato para preguntar por Nancy. Entonces descubrió que estaba trabajando allí como conserje.

Decidieron visitarla con Kathy y, al verse por primera vez, Nancy no pudo contener su emoción. “Nunca pensé que volvería a verte, cariño. ¡Tenía miedo de contactar a tus padres adoptivos!”, le dijo mientras se fundían en un abrazo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Kathy miró a Sarah y le dijo: “Mamá, ¿podemos mantenernos unidos? ¡Las quiero a las dos!”.

“Por supuesto que podemos, cariño”, dijo Sarah con una sonrisa. “Después de todo, ella también es tu madre”.

A la semana siguiente, Sara y Andrés fueron a la escuela de Kathy y le contaron a la Sra. Suárez todo sobre cómo Anna, Isabella y algunos otros niños se habían burlado de su hija.

Todos los niños aceptaron su culpa y fueron suspendidos. Kathy, por su parte, se sentía orgullosa de tener dos madres.

“Estoy feliz de que mis padres adoptivos me eligieran. Tengo dos madres maravillosas y un padre cariñoso”, pensó mientras se fundían todos en un abrazo familiar.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Las relaciones se basan en el amor y el cuidado, no necesariamente en la biología. Sara y Andrés aceptaron a Kathy como propia y la amaron incondicionalmente.
  • Se deben tomar medidas estrictas para detener el bullying. Anna, Isabella y todos los niños que se burlaban de Kathy fueron suspendidos de la escuela y deberán trabajar con el terapeuta escolar.

Comparte esta historia con tus amigos. Puede que les alegre el día y les inspire.

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